martes, 23 de noviembre de 2010

DOS LÁGRIMAS. Cuento breve

DOS LÁGRIMAS

Gladys Acevedo

Dos lágrimas cristalinas caen simplemente al compás de la música que llega desde la ventana. Ella, solitaria, con las manos sobre su regazo aprieta sueños tejidos de ternura y promesas.

Una taza de porcelana, ya olvidada, descansa sobre la mesa adornada con rosas y jazmines. El sol dibuja sobre la pared arabescos, sombras genuinas de la cortina de encajes. Todo emana perfumes suaves mientras la mirada de la mujer se pierde en el tic-tac del antiguo reloj ubicado detrás y sobre el sillón.

Los segundos, en su caminar, se suben a los latidos que se escapan de su pecho. Los minutos, comienzan a pesar en el tiempo que se detiene.

Dos lágrimas resbalan estirándose sobre el rostro marchito; y las horas se apelotonan en escarlatas mientras las baldosas rojas se licuan tiñendo la sala poco a poco de sangre que fluye desde los ojos, los oídos, de todo su cuerpo.

El perfume de las rosas y jazmines se pierde en el sabor metálico de la sangre que mana desde el alma de la pobre mujer convirtiendo su espacio en un gran coágulo que se seca, se seca muriendo de a poco entre el escarlata.

El tiempo se apaga, desaparecen los segundos atravesando las dos lágrimas que rebotan sin prisa.

1 comentario:

Laura Beatriz Chiesa dijo...

Gladys, muy sentidas las palabras de este relato, que tienen como personajes a esas dos lágrimas capaces de teñir el suelo con su dolor. Un beso enorme,

Mi Sentir

Poemas en homenaje a la tierra que me adoptó:Pocho, departamento del oeste cordobés en Argentina.

¡Pampa de Pocho!
Te despliegas perezosa
entre palmares y algarrobales;
entre aromas, silencios
y lastimeros churcales.

Tu silueta lujuriosa funde
el ritmo cadenciosos de tus ríos,
el rojo estridente de mil atardeceres
junto a la transparencia de tu cielo
fileteado de volcanes.-

¡Pampa de Pocho!
Bendita tierra tapizada de verdores,
embriagada por tus encantos
esperas pacientemente
el fruto de tus maizales


(Antología S.A.D.E 99 Poesía)


REMINISCENCIAS

REMINISCENCIAS

Puchú, Puchú.
tu nombre de valiente
ha quedado hundido
en el corazón de la pampa pochana;
esa tierra bendita
que atesora mil batallas.
Tus huellas duermen
bajo los caminos polvorientos;
mientras brota quejumbrosa la sal
desde la profundidad de tus dominios.

Tu raza quedó escondida
bajo la alfombra de maizales
vertiendo la fuerza de un pueblo
ya desaparecido.
La misma luna,
el mismo sol,
las mismas sierras
que tus ojos absorbieron
para prenderse de tu corazón.

Puchú, Puchú,
el latido de tu pecho bravío
estalla cada atardecer
en su matiz enrojecido.
Mientras, el canto de tu tierra
duerme entre miles de palmares
sacudiendo sus crestas
sobre misteriosos pedregales.
(Traslasierra. Voces del 2.000. Antología)


CANTO A TANINGA

CANTO A TANINGA

Taninga,
quiero pintarte
con brillos de estrellas,
con hebras de lunas.

Taninga,
deseo cantarte
con murmullo de agua
brincando de piedra en piedra.

Taninga,
quiero salpicar tus lomadas
con brisas de noches veraniegas.

Aquietarte con el frío de los inviernos
abrazada por el gélido viento sureño.

Taninga,
quiero alumbrar
la alfombra aterciopelada
de tus pastizales.
Quiero aunar el canto de los grillos,
de las chicharras
y el andar silencioso
de graciosas vizcachas.

Quiero pintarte con mis sueños
desatando mi canto
mientras cabalgo entre tus
cerros y lomadas.
(Traslasierra. Voces del 2000.
Antología)



DESCUBRIR

DESCUBRIR
Velia Villarreal

En esas noches pochanas,
acunada con el suave cantar de las chicharras,
descubrí la inmensidad
entre destellos de noches estrelladas.

Y aquí me encontré,
entre sierras y palmares,
bajo una luna dibujada.


Y aquí me quedé,
para el ver el verdor de los maizales,
para sentir la fragancia diáfana
de hierbas y algarrobales.

Pocho, Pocho !
Eres la tierra donde ha quedado mi simiente.
Un hijo que absorbe tu esencia tradicional,
las siluetas de tus cerros,
el color de tus amaneceres,
la transparencia de tus ríos
recorriendo caminos de piedra y sal.

(Traslasierra. Las voces del 2000 . Antología)