Cabalga la esperanza
sobre los minutos que caminan.
Otea un horizonte tan lejano
que casi se diluye en el ayer.
Se encabritan los miedos,
tironean las inseguridades,
y los rostros se congelan
pues no saben por dónde transitar.
Las certezas se escondieron
en las celdas oscuras del panal,
la otrora miel de la confianza
se ha tornado sabor a hiel.
Es difícil comprender
por qué desperdiciamos las fuerzas
desatando los sueños por un país grande y fiel.
Unamos nuestras manos!
Ese el es verdadero poder.
Caminemos uno al lado del otro
amando nuestro maravilloso vergel.
Gladys Acevedo
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