miércoles, 11 de enero de 2012


POR FIN…. LA LLUVIA LLEGÓ!



DESEÁBAMOS TANTO ESTA LLUVIA, TODO ESTABA TAN TRISTE... QUE HASTA LOS PÁJAROS CON SUS PLUMAS DESTEÑIDAS HABÍAN QUEDADO EN SILENCIO. DE PRONTO, COMO EMERGIENDO DEL SOPOR INCRUSTADO EN LAS PAREDES, EN LAS PIEDRAS, EN LA TIERRA MISMA, UNA MELODÍA YA CASI OLVIDADA, SE DESPRENDIÓ DE UNA MIRÍADA DE GOTAS RESBALANDO JUGUETONAS  ENTRE LAS RAMAS.
EL VIENTO, AZOTANDO INTENSAMENTE LOS RAMAJES, LE GANABA A LOS PELOTONES DE NUBES NEGRAS QUE RÁPIDAMENTE CUBRÍAN EL CIELO YA CANSADO DE TANTO SOL. ENÉRGICO Y FEBRIL TALADRABA LOS MIL RECOVECOS ARREMOLINANDO HOJAS TRISTES, ENTRE EL POLVO ESTUPEFACTO Y LAS MIRADAS SORPRENDIDAS DE TODOS. RÁPIDAMENTE Y EN CADA BOCANADA FUE LLEVÁNDOSE EL CALOR HASTA SABE QUÉ RINCÓN.
Y LA TEMPERATURA FUE MAYOR EN EL INTERIOR DE LOS HOGARES MIENTRAS AFUERA, LA PRESENCIA IRREFUTABLE DE LA TORMENTA TRANSFORMABA EL ENTORNO.
RONCO EL CIELO RUGÍA EN LA BATALLA. CENTELLANTE EL HORIZONTE CON TRAZOS QUEBRADIZOS Y CERTEROS AHOGABA DEFINITIVAMENTE A LA SEQUÍA.
Y EN UN INSTANTE CON EL ESTERTOR DEL VENCIDO, LA SEQUEDAD SE FUNDIÓ ENTRE ARROYUELOS QUE COMENZARON A DIBUJAR NUEVOS CAMINOS SOBRE LAS PIEDRAS, LA ARENA Y EL ASFALTO. LAS PLANTAS SE IRGUIERON CON EL VERDOR TRASLÚCIDO DE LA ESPERANZA PUES LA VIDA CONTINUABA. LOS PÁJAROS TRINARON, TODOS JUNTOS, MIENTRAS UN PERRO JUGUETEABA ENTRE LOS LIRIOS EMPAPADOS DEL JARDÍN.
UN HOMBRE A LO LEJOS, LEVANTANDO LOS BRAZOS HACIA EL CIELO VOLVIÓ A SER NIÑO, PUES LAS GOTAS LO ABRAZARON, EL CIELO CREPITÓ Y EL VIENTO ENLOQUECIDO SE LLEVÓ EL FUEGO DEL FOLLAJE AMORTIGUADO.
SERENAS LAS HORTENCIAS ABRIERON SUS PÉTALOS, LA LAVANDA EXHALÓ DONOSA EL PERFUME DE SUS FLORES Y EL NOGAL ELEVÓ EN ORACIÓN, SU RAMAJE SALUDANDO  CON EL CANTO DEL AMOR.

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Mi Sentir

Poemas en homenaje a la tierra que me adoptó:Pocho, departamento del oeste cordobés en Argentina.

¡Pampa de Pocho!
Te despliegas perezosa
entre palmares y algarrobales;
entre aromas, silencios
y lastimeros churcales.

Tu silueta lujuriosa funde
el ritmo cadenciosos de tus ríos,
el rojo estridente de mil atardeceres
junto a la transparencia de tu cielo
fileteado de volcanes.-

¡Pampa de Pocho!
Bendita tierra tapizada de verdores,
embriagada por tus encantos
esperas pacientemente
el fruto de tus maizales


(Antología S.A.D.E 99 Poesía)


REMINISCENCIAS

REMINISCENCIAS

Puchú, Puchú.
tu nombre de valiente
ha quedado hundido
en el corazón de la pampa pochana;
esa tierra bendita
que atesora mil batallas.
Tus huellas duermen
bajo los caminos polvorientos;
mientras brota quejumbrosa la sal
desde la profundidad de tus dominios.

Tu raza quedó escondida
bajo la alfombra de maizales
vertiendo la fuerza de un pueblo
ya desaparecido.
La misma luna,
el mismo sol,
las mismas sierras
que tus ojos absorbieron
para prenderse de tu corazón.

Puchú, Puchú,
el latido de tu pecho bravío
estalla cada atardecer
en su matiz enrojecido.
Mientras, el canto de tu tierra
duerme entre miles de palmares
sacudiendo sus crestas
sobre misteriosos pedregales.
(Traslasierra. Voces del 2.000. Antología)


CANTO A TANINGA

CANTO A TANINGA

Taninga,
quiero pintarte
con brillos de estrellas,
con hebras de lunas.

Taninga,
deseo cantarte
con murmullo de agua
brincando de piedra en piedra.

Taninga,
quiero salpicar tus lomadas
con brisas de noches veraniegas.

Aquietarte con el frío de los inviernos
abrazada por el gélido viento sureño.

Taninga,
quiero alumbrar
la alfombra aterciopelada
de tus pastizales.
Quiero aunar el canto de los grillos,
de las chicharras
y el andar silencioso
de graciosas vizcachas.

Quiero pintarte con mis sueños
desatando mi canto
mientras cabalgo entre tus
cerros y lomadas.
(Traslasierra. Voces del 2000.
Antología)



DESCUBRIR

DESCUBRIR
Velia Villarreal

En esas noches pochanas,
acunada con el suave cantar de las chicharras,
descubrí la inmensidad
entre destellos de noches estrelladas.

Y aquí me encontré,
entre sierras y palmares,
bajo una luna dibujada.


Y aquí me quedé,
para el ver el verdor de los maizales,
para sentir la fragancia diáfana
de hierbas y algarrobales.

Pocho, Pocho !
Eres la tierra donde ha quedado mi simiente.
Un hijo que absorbe tu esencia tradicional,
las siluetas de tus cerros,
el color de tus amaneceres,
la transparencia de tus ríos
recorriendo caminos de piedra y sal.

(Traslasierra. Las voces del 2000 . Antología)